La Samba
El samba es un género musical de raíces africanas surgido en Brasil, del cual deriva un tipo de danza. Es una de las principales manifestaciones de la cultura popular brasileña y un símbolo de la identidad nacional.
Si bien en casi toda Hispanoamérica se utiliza la voz femenina (la samba), en Brasil y en algunos países como Argentina, Cuba y Uruguay, se utiliza la voz masculina (el samba). No debe confundirse con la zamba, género musical completamente distinto, de origen hispanoamericano.
Dentro de sus características figura una forma donde la danza es acompañada por pequeñas frases melódicas y coros de creación anónima, típica del samba de roda, ritmo y danza originado en el recóncavo bahiano, región geográfica en torno a la Bahía de Todos los Santos, en el estado de Bahía.3 El samba de roda, una de las bases del samba carioca y designado en 2005 patrimonio de la Humanidad por la Unesco,4 fue llevado a Río de Janeiro en la segunda mitad del siglo XIX por los negros traídos como esclavos de África que se instalaron en la entonces capital del imperio del Brasil. A pesar de su presencia en varias regiones brasileñas bajo la forma de diversos ritmos y danzas populares regionales de origen africano, especialmente en los estados de Bahía, Pernambuco, Maranhão, Minas Gerais y São Paulo, como género musical es considerado una expresión musical urbana de la ciudad de Río de Janeiro, donde este formato de samba nació y se desarrolló entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Fue en la antigua capital de Brasil que la danza practicada por los esclavos libertos entró en contacto con otros géneros musicales y los incorporó, adquiriendo un carácter singular: polca, maxixe, lundu, xote, entre otros. De esta forma, si bien existen otras formas regionales en Brasil, fue el samba carioca el que alcanzó la condición de símbolo de la identidad nacional brasileña durante los años 1930.
En 1917 fue grabado en Río de Janeiro Pelo Telefone, con la voz del músico Baiano, la primera grabación de un samba según los registros de la Biblioteca Nacional de Brasil. Su lanzamiento fue el 20 de enero de 1917 en formato 78 RPM. Ernesto dos Santos, más conocido como Donga, y el cronista de carnaval Mauro de Almeida, registraron la obra como propia en la Biblioteca Nacional. Sin embargo, se considera que en realidad fue una creación colectiva de músicos que participaban de reuniones de candomblé en el templo de la ialorixá Tía Ciata. Se convirtió en la primera composición en alcanzar éxito bajo el rótulo de samba y contribuyó a la popularización del género. A partir de entonces, el samba urbano carioca comenzó a ser difundido en todo Brasil, asociado al carnaval y más tarde con lugar propio en el mercado musical. Surgieron varios compositores como Heitor dos Prazeres, João da Baiana, Pixinguinha y Sinhô, si bien sus sambas eran considerados como «amaxixados», y se los denominaba sambas-maxixe.
Las características modernas de este samba urbano carioca se establecen hacia el final de los años 1920, a partir de innovaciones en dos frentes: con un grupo de compositores de bloques carnavalescos de los barrios Estácio y Osvaldo Cruz y con compositores de los morros de la ciudad como los de Mangueira, Salgueiro y São Carlos.6 Este formato de samba es denominado «genuíno» o «de raíz». A medida que el samba carioca se consolidaba como una expresión musical urbana y moderna, pasó a ser difundido a gran escala en la radio, llegando a otros morros y barrios de la zona sur de Río de Janeiro. Si bien al inicio fue criminalizado por sus orígenes negros, el samba conquistó al público de clase media.
En los años 1930, un grupo de músicos liderados por Ismael Silva, entre quienes estaba Heitor dos Prazeres, fundó la primera escuela de samba, Deixa Falar, en el barrio de Estácio. Ellos transformaron el género musical para que encajara mejor en el desfile del carnaval. En esta década, la radio difundió la popularidad del género por todo el país, y con el apoyo del presidente Getúlio Vargas, se convirtió en la música oficial del Brasil.
En los años siguientes, el samba tomó muchísimas direcciones. Desde la elegante samba-canción (samba-canção) hasta las orquestas de batería que acompañaban el desfile del carnaval. Uno de estos nuevos estilos fue la bossa nova, hecho en un principio por gente de origen europeo de clase media. La bossa nova ganó popularidad mundial a través de los trabajos de João Gilberto y Antônio Carlos Jobim, entre otros, y llegó a Norteamérica con los álbumes de Gilberto junto al saxofonista de jazz estadounidense Stan Getz, y la banda sonora de Jobim de la película Black Orpheus (Orfeo negro) en 1959.
En la década de 1960, el Brasil se dividió políticamente con la llegada de un dictador militar, y los músicos izquierdistas de bossa nova empezaron a prestar atención a la música hecha en las favelas. Muchos artistas populares fueron descubiertos en este período. Nombres como Cartola, Nelson Cavaquinho, Velha Guarda da Portela, Zé Keti, y Clementina de Jesús grabaron sus primeros álbumes.
En los años 1970, el samba volvió a las ondas radiales con compositores y cantantes como Martinho da Vila, Clara Nunes y Beth Carvalho.
En el inicio de la década de los años 1980, después de haber eclipsado su popularidad con la llegada de la música disco y el rock brasileño, el samba reapareció en el medio con un movimiento musical creado en los suburbios de Río de Janeiro. Era el pagode, un samba renovada, con nuevos instrumentos - como el banjo y el tantan - y un nuevo lenguaje que reflejaba el modo de hablar de mucha gente en ese entonces. Los artistas más populares fueron Zeca Pagodinho, Almir Guineto, Grupo Fundo de Quintal, Jorge Aragão y Jovelina Pérola Negra.
El samba es extremadamente popular en Japón, especialmente en sus formas más tradicionales; tanto que algunos sambistas como Nelson Sargento, Monarco, y Wilson Moreira han grabado específicamente para el mercado japonés y empleado mucho tiempo en giras en este país.
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